Dos meses después vuelvo a escribir con un tema curioso que me lleva rondando la mente los últimos meses. Observo una esta vorágine de amigabilidad y sociabilidad muy extendidas últimamente gracias, en parte, a las redes sociales, y me he estado preguntando si dentro del buenrollismo que pueden generar éstas, también cabe la posibilidad de generarnos quebraderos de cabeza y ciertos azotes de crueldad y polémica.
Imagina que tienes un amigo. Imagina que discutes con él. Es más, imagina que no quieres volver a saber nada de él. Ni verle. Ni que sepa nada de ti ni de tu vida.
O imagina cualquier situación similar (una ruptura, la decisión personal de evasión total, la necesidad de un cambio de aires, llámalo equis….)
¿Ahora qué pasa con tu vida y tu intimidad? ¿Estar conectados en redes sociales con esas personas es ahora una imposición o condena a tragar?
Yo propongo un Proyecto Anti-Social Atemporal, listando esas cositas a tener en cuenta de las distintas redes sociales, al menos las más usadas o conocidas, y las puntillitas que nos pueden dejar si no prestamos atención, siempre que no queramos que nuestros conflictos personales offline nos salpiquen también online y acabemos majaras perdidos.
Esta red social puede ser usada de forma pública o privada, evidente, si quieres pasar de alguien pues deja de seguirlo y cuando quieras, le podrás volver a seguir.
Si la cosa está delicada y quieres romper del todo, pues bloquear su usuario.
Ahora bien, si tienes un perfil público, lo que twittees estará «abierto» a ser leído por todo el mundo.
Ojito a las notificaciones y poco más
Quizás esta sea la más complicada de configurar, porque como cambia tanto, ya llega un punto que nadie sabe quién narices puede ver cada publicación, ni como acceden los «no-contactos» a tu información y perfil.
Tener en cuenta que no es lo mismo borrar a alguien de Facebook que bloquearle, así que habría que valorar el caso para ver qué es mejor. A priori borrarlo no implica que no nos pueda buscar o encontrar.
Daños colaterales pueden ser todos los contactos comunes que existan y la repercusión que pueda tener aparecer etiquetados en mismas publicaciones o coincidir en comentarios de amigos comunes, ¿eres capaz de soportarlo? Pues tu decides tu estrategia anti-social 🙂
Mucho ojo también con las sugerencias de amistad de Facebook, que después de borrar y bloquear ex-amigos, te invita a volverlos a añadir.
Y por último, es recomendable comprobar como visualizan nuestro perfil los distintos tipos de usuario: amigos, mejores amigos, configuraciones personalizadas y los no amigos.
En este caso, al ser una red social puramente profesional, pues implicaciones son menores, o al menos, impactos no tan dañinos.
Cosas a tener en cuenta: notificaciones de quien ha visto tu perfil, actualizaciones en tu red y grupos.
Con lo que mola esta red social y llegas con tu foto «artística», la subes con el filtro más chulo y zas! Likes de gente que quizás, no te hagan demasiada ilusión.
Aquí parece claro, en nuestro proyecto anti social, quizás debamos utilizar un usuario privado para dar acceso a quien queramos.
Spotify
Con sus conexiones recientes con Facebook y la opción de utlizar aplicaciones dentro de Spotify, se potencia mucho la opción de compartir canciones con tus contactos, todo esta hiperconectado, parece que te ponen difícil deshacerte de alguien, y si lo tienes en Facebook, lo tienes en todas partes!
Bueno, que no cunda el pánico, puedes optar por borrarte de las listas que pertenezcan a dicha persona, y a las que tu estés suscrito.
Eso o desactiva todas las notificaciones, para que no te envíen mensajes cada vez que se agregan canciones, ya sabes eso de «ojos que no ven, corazón que no siente»!.
Es sin duda uno de los puntos más álgidos del proyecto antisocial. Si borras el número de la agenda, aún podrá ver cuándo te conectas a Whatsapp y tu actividad, status…. PAra evitar esto, bloquea el contacto, así te aseguras que no van a hablarte por ahí, siempre lo podrás deshacer en un futuro, si quieres.
El tema de los grupos de whatsapp, no tengo claro si la propia app impide que se te agreguen a grupos de contactos bloqueados, pero bueno, siempre te puedes salir y santas pascuas.
Google+
Quita círculos y notificaciones, además esta red tampoco ha sido muy seguida por las masas, por lo que no creo que te genere muchos quebraderos de cabeza.
De rancios está el mundo lleno
En nuestra estrategia, nos pueden entrar dudas sobre si debemos borrar nuestros usuarios en redes sociales o crear nuevos, pero en mi opinión, nunca debemos renunciar a nuestros usuarios ya creados, sobre todo si ya tienen cierta idea de branding personal, que tampoco habrá sido tan grave el tema como para borrarnos del mapa!
Eso si, si conservas las cuentas de tu cándida adolescencia, tipo un correo hotmail tal que «cachuli69» o sucedáneos, pues opta por crearte usuarios nuevos en tus redes sociales y de paso, a renovarse!
Por último, lo más importante, haz que tu proyecto Anti-Social sea «escalable» y ten en cuenta que quizás, las cosas no sean tan graves y puedas volver a tener a tu amigo cerca, en carne y hueso, y también online, con likes, retweets y demás socialidades.
Yo mientras tanto, me vuelvo al mundo del sms, las llamadas pérdidas y la realidad no virtual!